Blogia
Totus Revolutum

Relatos

CIBERBOBA.

CIBERBOBA.

Lucía era el ama de casa perfecta. Guapa, buena madre, limpia, ahorradora, simpática, alegre. Era lo que cualquier hombre podría desear. Cualquier hombre menos Luís. Luís le hacía sentirse un ama de casa gris e inerte. Una persona sin sol y sin sombra, el mueble caro que todos quieren tener, pero que nadie disfruta.
El caso es que era lunes.. era un magnífico día. Luís estaba trabajando y ella tendría todo el día libre. Dios! él no la molestaría para nada, hasta que llegara a las ocho de la tarde, tendría todo el día para ella, para imaginar, para soñar y para sentir. Cada vez se le hacían más cuesta arriba los fines de semana. Viernes por la tarde muermo total, sábado mañana más muermo y domingo.. el desideratum del muermo y del aburrimiento.
Mientras se conectaba a internet, pensó que un día, que no recuerda cuándo, estuvo enamorada de Luís.. porqué si no, no se explica que hubiera pasado casi veinte años con él.
Su comienzo en internet fue casi casual, se suscribieron a una revista que les regalaba un módem, y empezó a chatear. Luís le dijo que podría hablar con cualquiera que estuviera conectado, y que eso se llamaba chat.
Lucía dejó escapar una sonrisa.. si él supiera.
Lo conoció de casualidad. Se le presentó como un tipo simpático, solitario, romántico e incomprendido.. como ella. Bueno, al principio todo eran buenas palabras, lo normal.. pero a medida que iba pasando el tiempo, aquello se hacía más deseable, más necesario y más fundamental. Lucía no podía vivir sin él. Llegó un momento en que se vió tan enganchada, que sintió que o lo tenía para siempre o moriría. Por una vez en su vida se sintió necesaria, amada y deseada. Se sintió hermosa, inteligente y culta. Había dejado de ser madre y esposa para convertirse en mujer. Y era una sensación tan placentera que no tenía ganas ni de sentir remordimientos. Las horas se le pasaban eternas buscando el momento de reencontrarse con su amigo virtual. Miraba el reloj constantemente esperando que llegara "el happy hour" como ella lo llamaba... el dos por uno.
Poco a poco se fue acostumbrando demasiado. Estaba tan entusiasmada con sus momentos felices, que fue postergando todo lo demás. Todo empezó a hacérsele cuesta arriba, el simple hecho de levantarse por las mañanas y mirar a su alrededor le hacía muy difícil continuar con su vida gris. Tenía que decirselo a Luís, no sabía cómo, pero algo le tendría que decir, la situación se estaba volviendo insostenible, temió que se estaba enamorando perdidamente de ese nick amable, de esa persona de la que casi no sabía nada y que, sin embargo, conocía mejor que a nadie.
Aquella tarde hablaría con él, y le contaría todo lo que le estaba pasando por la cabeza. Estaba dispuesta a todo, lo dejaría todo por él. No quería sobrevivir, quería vivir y ser feliz. Ya estaba completamente segura, estaba enamorada...
Dieron las seis. Hora de la tarifa plana... el corazón en un puño y la mirada fija en el monitor, esperando casi deseperadamente que apareciera. "Se lo digo ahora o nunca" pensó. A las siete empezó a pensar que algo iba mal. Normalmente no solía retrasarse, era puntual, él también deseaba exprimir los pequeños momentos que tenían juntos. A las ocho aún no había entrado y ya empezó a impacientarse. Dudaba entre llamarlo por teléfono o no, su vida era demasiado complicada y no quería comprometerle. "Bueno", se dijo..."mañana lo veré, eso es que le he pasado algo".
Han pasado 2 años. No lo volvió a ver ni por el chat ni volvió a oir su voz, había cambiado su número de teléfono.
Ahora, cada mañana, cuando se mira al espejo, ve a una mujer avejentada y resignada. Fue bonito mientras duró, pero se sintió terriblemente defraudada. Habían jugado con ella y no se había dado ni cuenta. O lo que es peor, posiblemente sí lo sabia, pero prefirió vivir del cuento de hadas.
Se juró que nunca más caería, pero no pasaba un solo día en que no pensara en él y en lo que pudo haber sido y no fue. Cada día se conecta por si apareciera, esperando en algun lugar oculto de su alma, que volvería para darle alguna explicación. Mientras, busca en Luís la mirada que sabe que no encontrará y el consuelo que no hallará pero sabía que su corazón estaba ocupado por un ser invisible que una vez fue real y que seguiría así... para siempre enamorada de un amor virtual.

UN DÍA CUALQUIERA, EN CUALQUIER SITIO.

UN DÍA CUALQUIERA, EN CUALQUIER SITIO.

-Maldita sea! Otra vez se me ha olvidado bajar la persiana- pensó mientras le despertaba el primer rayo de sol pegándole directamente a los ojos. El día empezaba como siempre, sin novedad en el frente, o eso creía él. La verdad es que no recordaba en qué día estaba, el aturdimiento se había apoderado de su cabeza que a su vez martilleaba como un bombo. Dudaba entre levantarse y remojarse, o entre quedarse un rato más en la cama, pero la boca pastosa con regusto amargo le hizo elegir lo primero. Tambaleándose llegó al baño. No le gustó mucho la imagen que le devolvía el espejo, pero últimamente había dejado de importarle. Mientras se lavaba empezó a darse cuenta de que era lunes.. otro maldito lunes de resaca, -(nunca más volveré a beber, lo juro!!)- Y encima llegaba tarde al trabajo, ni tiempo de ducharse tenía. -Uf, qué más da..- se dijo, -Si total, nadie me echará en cuenta, sólo el cabrón del jefe para echarme la bronca sin más.
Necesitaba un café urgentemente, tenía que despejarse, pero "la gorda" aún no se lo había preparado, mira que se lo había dicho mil veces, que le tuviera preparado el café para cuando se despertara, pero nada, no hacía ningún caso. -Vaya tía más inútil. Vaga e inútil.. a buena hora me casé con ella- Ya se lo decía su madre: esa mujer no es para tí, ella no te merece. (Gran mujer su madre, la única que lo quiso de verdad y que sabía lo que necesitaba en cada momento). La Loli era una mema total. Ya tenía que haberse dado cuenta cuando se casaron de que no sabía ni cocinar. Sólo pensaba en arreglarse, en ponerse falditas cortas, en lucirse para los hombres. Menos mal que él pudo enderezarla, pero poco, porque a veces todavía se deslizaba. -Qué se habrá creído ésta! A dónde se cree que va con esa cara de amargada?-- Y no sabía muy bien porqué, pero se estaba cabreando mucho.
Decidió que no iría a trabajar, se buscaría una excusa, que estaba enfermo con jaqueca (tampoco estaba mintiendo) y se quedaría en casa. De todas maneras, pensó que era raro que la Loli no hubiera aparecido por la habitación para soltarle cualquier tontería de las suyas. Esperaba que no se le hubiese ocurrido salir a comprar o, a saber dónde, sin decirle nada. -Se va a enterar ésta cuando vuelva-. A falta de café recién hecho, pensó en ponerse una copa.. total, decían que el alcohol era bueno para menguar los sintomas de la resaca. A la segunda copa de DyC (sólo y sin hielo.. para hombres, hombres), llamaron a la puerta. Dos agentes de la Guardia Civil, preguntaron por él:
-Sí, soy yo.
-Debe usted acompañarnos.
-Qué sucede?
-Su esposa ha sido hallada muerta.
-Dios míoo!!- Exclamó.
Y fue recordando la noche anterior. Recordaba súplicas, gritos, lloros. Recordaba color rojo intenso bañando sus manos.
-Juro que no volveré a beber- se dijo, mientras lloraba apurando su segundo DyC sólo sin hielo... para hombres, hombres.

SOY MAGENTA...

SOY MAGENTA...

…Y cuando me miro al espejo me veo de colores. Nos encanta mirarnos quizás porque vemos más allá de la simple imagen reflejada. En mi caso, veo luz, mucha luz, y colores fosforescentes y algo que antes no sabía qué era y ahora, cuando os he conocido, sé que es el mar. Siempre me llamó mucho la atención esa especie de ir y venir de ese fluido líquido enorme, y aunque me encantaba, y me transmitía paz, no tenía ni idea de qué era.

Circulaban por ahí rumores de la existencia de otro mundo inteligente como el nuestro, de que naves nuestras habían salido a explorar y habían encontrado otros seres. Seres de muchos tamaños, de infinitas formas, algunas eran capaces de expresarse con palabras, otras no… otras simplemente,existían. A nosotros lo que nos llamaba la atención eran los seres que podían comunicarse entre sí, que pensaban, que sentían… que “eran”.


Imaginaros el revuelo que se armó cuando el simple rumor se convirtió en realidad. Pasamos de la curiosidad al desasosiego… Teníamos miedo a establecer contacto, no queríamos asustaros, igual no os gustábamos lo suficiente, a lo mejor os pareceríamos insignificantes… todo eran dudas.

Decidimos que lo mejor sería convocar una expedición. Elegimos a los mejores: dos científicos, un intérprete, un filósofo y yo,representando nuestro mundo.

Recuerdo el día de la despedida. Fue inmensa la alegría, aún no sabíamos que se podía llorar, pero si hubiésemos podido, lo habríamos hecho… tal era la mezcla de pánico y felicidad.

No voy a relatar el viaje, fue aburrido, lleno de tecnicismos, solo salimos de nuestro aburrimiento cuando vimos “aquello”: una bola inmensa, azul y blanca y marrón, flotando en el espacio y reflejada por esa estrella tan enorme. Jamás vimos nada tan hermoso. Y por primera vez, tuvimos un sentimiento negativo: sentimos algo que vosotros llamáis “envidia”: nuestro planeta no era tan maravilloso, y ardimos en deseos de conocer a esos habitantes tan afortunados.

Llevo aquí 4 de vuestros años… No sois tan maravillosos, sólo os puedo "agredecer" una cosa: he conocido el dolor, la violencia. He aprendido a llorar de rabia, a sentirme impotente, a desolarme y a sentirme desgraciada. Cuando me miro al espejo ya no veo nada, pero me voy a la orilla del mar e imagino mis colores.

Ya no soy magenta…

Quiero volver a casa…