Blogia
Totus Revolutum

SOY MAGENTA...

SOY MAGENTA...

…Y cuando me miro al espejo me veo de colores. Nos encanta mirarnos quizás porque vemos más allá de la simple imagen reflejada. En mi caso, veo luz, mucha luz, y colores fosforescentes y algo que antes no sabía qué era y ahora, cuando os he conocido, sé que es el mar. Siempre me llamó mucho la atención esa especie de ir y venir de ese fluido líquido enorme, y aunque me encantaba, y me transmitía paz, no tenía ni idea de qué era.

Circulaban por ahí rumores de la existencia de otro mundo inteligente como el nuestro, de que naves nuestras habían salido a explorar y habían encontrado otros seres. Seres de muchos tamaños, de infinitas formas, algunas eran capaces de expresarse con palabras, otras no… otras simplemente,existían. A nosotros lo que nos llamaba la atención eran los seres que podían comunicarse entre sí, que pensaban, que sentían… que “eran”.


Imaginaros el revuelo que se armó cuando el simple rumor se convirtió en realidad. Pasamos de la curiosidad al desasosiego… Teníamos miedo a establecer contacto, no queríamos asustaros, igual no os gustábamos lo suficiente, a lo mejor os pareceríamos insignificantes… todo eran dudas.

Decidimos que lo mejor sería convocar una expedición. Elegimos a los mejores: dos científicos, un intérprete, un filósofo y yo,representando nuestro mundo.

Recuerdo el día de la despedida. Fue inmensa la alegría, aún no sabíamos que se podía llorar, pero si hubiésemos podido, lo habríamos hecho… tal era la mezcla de pánico y felicidad.

No voy a relatar el viaje, fue aburrido, lleno de tecnicismos, solo salimos de nuestro aburrimiento cuando vimos “aquello”: una bola inmensa, azul y blanca y marrón, flotando en el espacio y reflejada por esa estrella tan enorme. Jamás vimos nada tan hermoso. Y por primera vez, tuvimos un sentimiento negativo: sentimos algo que vosotros llamáis “envidia”: nuestro planeta no era tan maravilloso, y ardimos en deseos de conocer a esos habitantes tan afortunados.

Llevo aquí 4 de vuestros años… No sois tan maravillosos, sólo os puedo "agredecer" una cosa: he conocido el dolor, la violencia. He aprendido a llorar de rabia, a sentirme impotente, a desolarme y a sentirme desgraciada. Cuando me miro al espejo ya no veo nada, pero me voy a la orilla del mar e imagino mis colores.

Ya no soy magenta…

Quiero volver a casa…

2 comentarios

El Lobi -

Ya sospechaba yo que alguien así no podía ser de este mundo. Y si de buscar colores se trata, aquí me tienes brocha en mano y con todos los botes de pintura alrededor. Todo sea por que no te nos vayas, marciana

ppilla -

Como se te ocurra borrarlo te mato, directamente, yo soy de las que piensan que las palabras, cuando las escribes, dejan de ser tuyas y pasan a ser del que las lee, cada uno las interpreta a su manera y siente lo que tiene que sentir, pero te aseguro una cosa, lo bonito es que jamás dejan indiferente, en eso reside su magia...

Entiendo a Magenta, todos nos hemos sentido así alguna vez, aún siendo de aquí, todos hemos querido volver a casa, pero créeme Magenta, los colores que buscas en el agua del mar, tus colores, están en muchos sitios, a veces se confunden, pero están, ten paciencia, somos, por pura naturaleza un poco absurdos, pero si nos miras bien, con calma, los verás, en unos ojos, en un bosque o saliendo de una risa, existen, estoy convencida, es más, nosotros, los de aquí, hemos convertido su busca en nuestro quehacer cotidiano.
Buena suerte Magenta, y bienvenida a casa.

Mil besotes, Melona, me ha gustado mucho :))